¿Por qué nació el taller?
El taller nació por la necesidad de darle un espacio a lo literario en el Distrito de arte, gastronomía y diseño del Boulevard Sáenz Peña de Tigre, una zona en la que conviven propuestas diversas con antigüedades, artesanías isleñas y turismo.
El espacio para la literatura se consolidó con Refugio Literario, donde ofrecemos actividades de lectura y escritura (o vinculadas a ellas) para sumar un valor cultural a la comunidad.
¿Por qué el nombre?
Poner un nombre es hacer un recorte, y es difícil recortar. Refugio literario es una combinación que se potencia. Queríamos que esté presente el concepto de cuidado, de amorosidad, que son indispensables para quienes se abren con su arte (sea la palabra u otros lenguajes), pero quisimos que también esté enunciado lo literario, lo poético, que es lo que nos protege de la deshumanización.
¿Tiene restricciones un taller? ¿Cuáles?
Intentamos que la única restricción de los talleres que se ofrecen en Refugio Literario sea la cantidad de participantes, para que todos y todas tengan la oportunidad de ser escuchados y compartir. Consideramos que cada quien, desde su recorrido, podrá aportar un punto de vista muy valioso a las conversaciones que se planteen.
¿Por qué le recomendaría a alguien empezar en su taller?
Por múltiples motivos. Entre ellos, para darle un lugar a la expresión, a la sensibilidad, al pensamiento, a la escucha, para vincularse con nuevas personas, para explorar en lo que ya saben que es placentero y para darse la oportunidad de conocer nuevos puntos de disfrute. Incluso para atravesar la incomodidad que puede plantear un texto que no gusta o una opinión con la que se desacuerda. Todos estos intercambios, estamos convencidas, generan crecimiento.
¿Qué opinión tiene de la modalidad virtual?
La modalidad virtual fue lo que nos permitió seguir en contacto en época de Pandemia y posteriormente. Propone una dinámica diferente a la de la presencialidad, quizás requirió mayor orden en el planteamiento de los encuentros.
En la actualidad la modalidad virtual nos funciona mucho para Sesiones individuales de escritura o Clínicas de obra. Las herramientas disponibles nos permiten realizar un trabajo profundo sobre los textos, y, a los participantes, la posibilidad de sostener el contacto con la literatura más allá de sus horarios laborales, maternidad o paternidad y distintas responsabilidades.
¿Para qué sirve un taller literario?
No hay que pensarlo en términos de utilidad porque va mucho más allá de eso. Un taller literario nos fuerza a relacionarnos con el lenguaje de una manera fuera de lo utilitario. Es arte, una experiencia artística, ya sea como escritores, lectores, espectadores o mediadores. Un taller permite tanto descubrir el placer por lo literario, profundizar en la relación con los recursos, como también llevar a cabo proyectos personales de obra y vincularse con otros en el intercambio artístico.
¿Le sirve a alguien que recién empieza a escribir un taller?
El punto de partida siempre es individual. Cada uno llega con su valija llena de experiencias y faltos de cosas. Pero lo que ofrece el taller es la circulación de esos saberes, siempre se aprende, siempre se encuentran distintas maneras de decir, herramientas nuevas para relacionarse con la literatura.
¿Y su taller en particular?
Nuestros talleres tienen no sólo la particularidad de ser coordinados por docentes de letras, creemos que un docente cuenta con herramientas muy valiosas, sino que tienen la marca del respeto, el buen trato, la mirada atenta en lo individual y los aportes singulares que cada uno puede hacer al grupo y los textos.
¿Por qué se habla de “taller” literario?
La idea de taller viene de pensar en términos de trabajo. En este caso el material sobre el que se construye, se crea, es el lenguaje, es la palabra poética, lo literario. En el caso de Refugio, lo organizamos en 3 grupos, que a grandes rasgos son: La forma de las nubes, un taller para soltar la muñeca y experimentar las posibilidades de la creación. Lo inabarcable, donde empezamos a afinar el ojo para tomar las riendas de los textos, y por último la Clínica de obra, un proceso en que se enfoca en un proyecto individual para repensar, corregir, estructurar y dar forma a la obra. La novedad más reciente es que estamos estrenando sello editorial, para que nuestros participantes puedan publicar con Refugio Editorial sus libros.
¿Cómo organiza el grupo o los grupos?
Básicamente hay dos grandes divisiones: lectura y escritura. Pero sin embargo somos de la idea que son dos caras de una misma moneda, por eso siempre se agrega algo de lo otro. Por otro lado lo que suele condicionar la participación es la disponibilidad horaria, porque hubo quienes llegaron queriendo leer y terminaron tomando talleres de escritura y se mantuvieron con mucha felicidad.
¿Por qué se dedica a coordinar un taller literario?
Porque creemos que el mundo necesita más literatura, porque sabemos que quienes necesitamos de literatura tenemos una sed que necesita un oasis. Siempre decimos que hacemos lo que nos gustaría recibir. Cada taller o propuesta la hacemos pensando en lo lindo que sería participar. Si no decimos “¡Cómo me gustaría tomar este taller!”, preferimos no proponerlo.
Sil Maciel - Den Strugo
refugiolit@gmail.com
@_refugioliterario
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